El orotato de litio, una forma de litio utilizada en microdosis como suplemento nutricional en algunos países, ha despertado interés en los últimos años por sus posibles efectos neuroprotectores. Aunque no debe confundirse con el litio clínico utilizado para tratar el trastorno bipolar, la investigación sugiere que el litio —incluso en dosis muy bajas— puede tener un papel importante en la prevención del deterioro cognitivo y la demencia.
Diversos estudios han mostrado que el litio ayuda a preservar las neuronas y reducir la neuroinflamación, dos factores clave en enfermedades como el Alzheimer.
Una investigación retrospectiva británica reciente observó que las personas tratadas con litio tenían un menor riesgo de desarrollar demencia en comparación con otros pacientes psiquiátricos que no lo recibían.
Asimismo, estudios de neuroimagen han demostrado que el litio aumenta el volumen del hipocampo, la región del cerebro vinculada con la memoria y el aprendizaje.
En el caso del orotato de litio, aunque las dosis son mucho menores que las del litio clínico, su buena absorción celular podría favorecer un efecto protector similar sin riesgo de toxicidad. Investigaciones preliminares sugieren que el litio en microdosis puede estimular factores de crecimiento neuronal (como el BDNF), mejorar la plasticidad cerebral y proteger frente a la acumulación de proteínas anómalas asociadas al Alzheimer.
¿Qué enfermedades mentales se tratan con el litio?
El litio se ha utilizado durante más de 70 años como estabilizador del estado de ánimo y sigue siendo uno de los tratamientos más eficaces y estudiados en psiquiatría. Las principales enfermedades mentales en las que se emplea son:
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Trastorno bipolar: ayuda a prevenir episodios maníacos y depresivos, estabilizando el ánimo a largo plazo.
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Depresión resistente: en dosis bajas, puede potenciar la eficacia de los antidepresivos.
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Trastornos de personalidad o irritabilidad crónica: reduce la agresividad y la impulsividad.
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Trastornos neurodegenerativos: estudios recientes investigan su potencial en el tratamiento del Alzheimer y otras formas de demencia por sus propiedades neuroprotectoras.
El orotato de litio, por su parte, se utiliza en algunos países como suplemento de apoyo para promover la estabilidad emocional, mejorar la claridad mental y proteger la función cerebral, sin requerir supervisión tan estricta como el litio clínico.
¿Qué provoca la falta de litio en el cerebro?
El litio es un oligoelemento esencial que el cuerpo obtiene a través del agua y los alimentos, pero los niveles naturales varían según la zona geográfica.
Una deficiencia crónica de litio puede alterar el equilibrio de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, fundamentales para el control del estado de ánimo, la concentración y la memoria.
Estudios del Harvard Medical School y de Nature (2025) han identificado que el agotamiento del litio cerebral podría ser una de las primeras alteraciones que preceden al Alzheimer. La pérdida de litio natural se asocia con mayor neuroinflamación, estrés oxidativo y acumulación de proteínas tóxicas como la beta amiloide.
En resumen, la falta de litio puede contribuir al envejecimiento cerebral acelerado y aumentar el riesgo de deterioro cognitivo.
¿Qué síntomas produce la falta de litio?
Aunque no existen pruebas clínicas rutinarias para medir los niveles de litio en el organismo, la deficiencia puede manifestarse de forma sutil a través de síntomas emocionales, cognitivos y físicos:
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Cambios de humor, irritabilidad o ansiedad.
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Dificultad para concentrarse o “niebla mental”.
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Fatiga o falta de motivación.
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Trastornos del sueño o aumento del estrés.
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Mayor sensibilidad emocional y dificultad para controlar impulsos.
En personas mayores, la deficiencia prolongada podría relacionarse con problemas de memoria, desorientación o síntomas tempranos de demencia.
Por este motivo, algunos investigadores proponen que una ingesta mínima de 1 mg de litio elemental diario, como la presente en el orotato de litio, podría ayudar a mantener una función cerebral saludable y prevenir el deterioro cognitivo.
Referencias:
https://journals.plos.org/plosmedicine/article?id=10.1371%2Fjournal.pmed.1003941













